Regreso al Mar de mis Muertos
Esteban García Garzón
Colombia
instevegar@hotmail.com
Esteban es un Realizador de Cine y Televisión/Guionista con experiencia en el desarrollo de documentales, comerciales de televisión, largometrajes y videos institucionales. Estudio Filosofía en la Universidad de Los Andes, con especialización en el trabajo con actores.
En el 2011 estudio Dirección en New York Film Academy, en donde fue asistente de dirección de 2 largometrajes estudiantiles. Ademas fue el asistente del actor Javier Barden en la película “El Amor en los Tiempos del Cólera”
Actualmente es el director artístico de la productora CANOA FILMS.
Sinopsis
Ismelda, una mujer de 78 años vive con su nieto Chico de 9, en una vereda cerca de Maicao, en la guajira Colombiana. Después de tres años de haber fallecido su hija Sara, madre del niño, la abuela comienza a soñar con sus familiares ya fallecidos en que le piden que regrese a la comunidad Wayuu, donde ella nació, los huesos de su hija. Dudando de las consecuencias de desobedecer el mandato Ismelda reflexiona sobre el futuro de su nieto ante la realidad de su vejez. Su realidad hace que vea su pasado de otra manera en que se desterró de su comunidad sesenta años atrás por el asesinato de su esposo por no ser indígena.
Aún con las dudas de su nieto, Ismelda organiza un viaje improvisado en donde compran una carreta y un caballo para lograr trasladar algunas de sus cosas y los huesos de su hija. Además de cumplir su encargo deben quemar la casa donde han vivido para seguir con las costumbres de su cultura las cuales han abandonado por más de medio siglo. Chico, ignorante de estas tradiciones comienza a enterarse de ellas por medio de las historias de su abuela. Debe soportar el hecho de desenterrar a su madre de su tumba y cargar sus huesos hacia una comunidad desconocida y ajena.
El recorrido transcurre con encuentros con personajes que les preocupa el maltrato a las comunidades indígenas y el abuso que en ciertos casos han sufrido. Chico se resiste a entrar en un principio en las dinámicas de la cultura de su abuela, negándose la posibilidad de soñar con sus muertos, y de tener ciertos cuidados con la manera de relacionarse con la muerte. El niño enferma al mirar a un muerto en la carretera y debe ser socorrido por una Outsü, una curandera Wayuu quien debe rescatar su alma del mundo de los muertos.
Después de una ceremonia con la chamana, la abuela sacrifica su vida por la del niño sufriendo la consecuencia de ir perdiendo la memoria y la cordura obligando a Chico a hacerse cargo del viaje. La dificultad del niño de encontrar un lugar desconocido en un lugar remoto del desierto, es el reto de esta pareja de lograr llegar a su destino. A su vez el niño no solo debe cargar con los huesos de su madre sino sobrellevar los disparates de su abuela que cada vez que avanza en el camino va perdiendo la razón hasta quedar en un limbo en el cual no reconoce nada ni a nadie. El niño perdido con un caballo, una carreta y algunos víveres recibe la visita por medio de los sueños de una niña que lo comienza a guiar a su destino. Sumergido en el sopor del desierto confunde la realidad y el sueño en su trayecto.
En medio del desierto el caballo muere y debe recorrer su último trayecto cargando a su abuela hasta llegar a un lugar para sobrevivir. Logra llegar con esfuerzo a un ojo de agua donde finalmente se encuentra con una caravana de Wayuus que lo conducen a su destino: El cabo, lugar donde reside el espacio mítico llamado Jepirra, donde los muertos viven debajo del mar. El niño es recibido como un héroe y descubre que la niña que lo condujo en su viaje era su madre manifestada en cuerpo de niña. Chico encuentra en la comunidad de su abuela la familia que nunca había podido tener al lado de ésta quien se queda en la alegría de estar en su comunidad, perdida en su memoria, como si nunca hubiera abandonado su tierra.